La directiva.
Creo que sin duda este es uno de los temas más extensos y complicados de tratar, no tan sólo acá, sino en el resto del mundo.
Las directivas en el mundo del fútbol están encargadas de velar por todos los aspectos económicos existentes en la institución, ahí es donde está la raíz del problema, siempre se acuerdan que el dinero mueve todo, pero muy poco recuerdan las razones –digamos principales- la defensa de su club, como ente que lleva el fútbol a la comunidad, se olvidan por completo que aunque ellos tengan la última palabra porque manejan el aspecto administrativo, los que defendemos jornada tras jornada una bandera y unos colores enfrente de todo el mundo, somos nosotros, los hinchas.
No es cuestión de que nosotros somos infalibles, simplemente, que esto se divide en la parte cerebral –la directiva- y la parte visceral –la hinchada-, dos organizaciones distintas, una más desorganizada que la otra, pero ambas tienen el mismo peso (o deberían). Hay que tener todo muy en claro, hay que defender lo nuestro hasta las últimas instancias porque si nosotros no lo hacemos, nadie más lo hará.
Acá hay que demostrar que lo que se quiere es que el fútbol avance y (solo por comentar) con la actuación de muchos colegiados lo que hacemos es desprestigiar lo que tanto esfuerzo nos ha costado construir. Pero a fin de cuentas el dinero lo puede todo, sino pregúntenle a Esquivel (Presidente aparentemente vitalicio de la FVF) o a Andarcia (ya todos lo conocemos, es que en su casa no lo querían y quiere ser protagonista en todos los partidos de fútbol).
Creo que sin duda este es uno de los temas más extensos y complicados de tratar, no tan sólo acá, sino en el resto del mundo.
Las directivas en el mundo del fútbol están encargadas de velar por todos los aspectos económicos existentes en la institución, ahí es donde está la raíz del problema, siempre se acuerdan que el dinero mueve todo, pero muy poco recuerdan las razones –digamos principales- la defensa de su club, como ente que lleva el fútbol a la comunidad, se olvidan por completo que aunque ellos tengan la última palabra porque manejan el aspecto administrativo, los que defendemos jornada tras jornada una bandera y unos colores enfrente de todo el mundo, somos nosotros, los hinchas.
No es cuestión de que nosotros somos infalibles, simplemente, que esto se divide en la parte cerebral –la directiva- y la parte visceral –la hinchada-, dos organizaciones distintas, una más desorganizada que la otra, pero ambas tienen el mismo peso (o deberían). Hay que tener todo muy en claro, hay que defender lo nuestro hasta las últimas instancias porque si nosotros no lo hacemos, nadie más lo hará.
Acá hay que demostrar que lo que se quiere es que el fútbol avance y (solo por comentar) con la actuación de muchos colegiados lo que hacemos es desprestigiar lo que tanto esfuerzo nos ha costado construir. Pero a fin de cuentas el dinero lo puede todo, sino pregúntenle a Esquivel (Presidente aparentemente vitalicio de la FVF) o a Andarcia (ya todos lo conocemos, es que en su casa no lo querían y quiere ser protagonista en todos los partidos de fútbol).
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